En el último año las exportaciones de aguacate pasaron de US$10 millones a US$35 millones. Este cultivo centra las esperanzas de comercio exterior, pues el país podría ser un gran proveedor. ¿Podrá el aguacate ser el nuevo producto por el que se reconozca a Colombia?
Se estima que unas 18 firmas están exportando aguacate Hass y que en el país hay 14.084 hectáreas sembradas.
En 1965 se realizó la primera exportación comercial de flores del país por US$20.000, cuatro años después ya había 50 firmas exportadoras y hoy Colombia es el segundo productor mundial de flores. Pese al rotundo éxito de esta idea, que no solo tiene valor agregado, sino que además incluye al campo, desde entonces no se ha encontrado un nuevo cultivo que acompañe al café, al banano y la palma y con el que realmente se puedan impulsar las ventas al exterior de nuestro sector agrícola.
Se ha intentado con frutas exóticas como la uchuva o la pitahaya, pero justamente por ser poco conocidas el primer trabajo consiste en enseñar a consumirlas, además de pasar todos los protocolos de bioseguridad que exigen los distintos países para recibir productos agrícolas.
Durante los años de revaluación no había mucho incentivo para ampliar la oferta exportable, pero ahora que el dólar ronda los $3.000, la pregunta obligada es ¿por qué no se vende más al exterior? Entre las múltiples respuestas está la falta de nuevos productos que se puedan comercializar afuera y en los que el país sea competitivo. En medio de esa búsqueda, desde hace siete años apareció una nueva posibilidad: el aguacate Hass.
Esta variedad, que fue creada en California y que se comercializa globalmente desde 1960, no se conocía en el país y de hecho generaba cierta desconfianza, pues el colombiano estaba acostumbrado al aguacate grande de piel verde y suave y no al pequeño de piel oscura y corrugada. Incluso muchos pensaban que, por su color, el Hass ya estaba dañado.
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Ricardo Uribe Lalinde, gerente de Cartama, uno de los cultivadores pioneros del país y hoy el mayor exportador colombiano, empezó con el aguacate Hass tras viajar a Chile, donde le hablaron de las bondades de esta variedad, que contiene más aceite que los aguacates de piel verde, representa una porción personal y su piel gruesa facilita la exportación.
Este empresario, que además venía de cultivar flores, aprovechó que tenía una finca familiar en Rionegro, Antioquia, y junto con otros socios inició el cultivo de aguacate Hass en el año 2000, con una clara vocación exportadora. “La ecuación era sencilla: la demanda internacional estaba creciendo y no era satisfecha, al tiempo que analizamos que Chile y Perú se demoran entre 23 y 25 días para llegar a Europa y a nosotros desde Colombia nos toma 11 días, pues no tenemos que pasar por el Canal de Panamá”.
Prueba y error
Uribe inició su cultivo con unas semillas que encontró en un vivero, pues en ese momento era prohibido importarlas (hoy las pueden traer de California), y arrancaron con muchas equivocaciones; por ejemplo, usaban gallinaza –que se usa comúnmente como fertilizante en el país–, pero eso es malo para ese tipo de aguacate porque le quita la humedad. También descubrieron que el mejor clima para el Hass es el que se da en alturas entre 1.800 y 2.500 metros sobre el nivel del mar.
Así pasaron nueve años de aprendizaje y sus primeras cosechas fueron para el mercado local. Mejoraron el paquete tecnológico, pues se dieron cuenta que para obtener un buen producto no había que copiar las prácticas peruanas o chilenas, sino desarrollar las propias, y así pasaron de las primeras 14 hectáreas que sembraron a las 830 que tienen hoy.
“En 2010, cuando ya nos sentíamos listos para exportar, el precio cayó fuertemente, incluso por debajo de los costos de producción y muchos otros cultivadores sacaron la mano, pues producir aguacate de manera tecnificada es bastante costoso. Pese a que la curva de aprendizaje estaba muy dura, persistimos en nuestra aspiración de exportar, así que nos certificamos y, aunque inicialmente le vendíamos a una comercializadora internacional, desde 2015 lo hacemos nosotros directamente”, recuerda Uribe.
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Hoy el principal cliente de Cartama es Marks and Spencer, un supermercado inglés especializado en la venta de ropa, productos para el hogar y alimentos de lujo, que de hecho premió a este productor colombiano al considerarlo el mejor del mundo en Hass.
Con socios del exterior
Otro de los grandes exportadores de aguacate del país es Westsole Fruit Colombia, una comercializadora internacional que fue creada por un exfuncionario de Proexport (hoy ProColombia), quien había trabajado con venta de fruta en varios mercados y vio una oportunidad con el Hass.
En 2011, Pedro Aguilar, gerente general de Westsole, invitó a invertir en Colombia a dos grandes del sector: a la sudafricana Westfalia y a la chilena Subsole, cada uno produce aguacate en su país y lo exporta a Europa, pero tienen la desventaja de no producir durante el invierno del hemisferio Sur, mientras que en Colombia se puede cosechar todo el año.
Foto: Pedro Aguilar, gerente de Westsole Fruit Colombia. La comercializadora internacional Westsole es el resultado de la unión de inversionistas chilenos, sudafricanos y colombianos.
“La idea de esta alianza era traer el know how y darle a la fruta el manejo más adecuado para su exportación y, desde que comenzamos, la expansión de la compañía ha sido notable: durante nuestra primera temporada (2012/13) exportamos 250 toneladas de aguacates y el año pasado llegamos a 4.000 toneladas”, dice Aguilar y agrega que trabajan con 60 productores asociados en el país, a los que no solo les compran la fruta, sino que les dan asistencia técnica.
Estos casos de éxito han motivado el crecimiento del cultivo y las exportaciones. Se estima que hay unas 18 firmas vendiendo al exterior y, según las estadísticas de Asohofrucol, gremio de los cultivadores de frutas y hortalizas, al cierre de 2016 se produjeron 78.547 toneladas de aguacate Hass en un área sembrada que llega aproximadamente a 14.084 hectáreas. Los departamentos con mayor potencial de producción son Antioquia (3.500 hectáreas), Caldas (2.597 hectáreas) y Tolima (1.325 hectáreas). Tan solo en Antioquia hay 1.024 productores.
De hecho, en Corpoica están convencidos de que Colombia es uno de los países de la región que presenta mejores condiciones para producir aguacate Hass con calidad de exportación. Esto los llevó a iniciar una investigación, financiada con recursos de regalías, con la que se busca desarrollar este producto de forma comercial.
La investigación se está haciendo en Antioquia y la idea es mejorar la productividad por hectárea, desarrollando semillas a través de plantas injertadas. Hasta 2015, el departamento con mejores rendimientos era Risaralda, con una productividad de 12 toneladas por hectárea, frente a un promedio nacional de 9,35.
Foto: Aunque Tolima es el departamento con mayor área sembrada, Risaralda es el que tiene más productividad por hectárea.
Made in Colombia
Colombia empezó a exportar aguacate Hass en 2010, por un valor de US$97.325 a Países Bajos. En 2016, las exportaciones ya totalizaban US$35 millones y el principal destino seguían siendo los Países Bajos, a donde llegan cerca de 7.000 toneladas con un valor aproximado de US$14,5 millones, representando 42% de las ventas, seguidos por Reino Unido (27%) y España (20%).
La tendencia ascendente se ha mantenido este año, pues en enero se exportaron US$4.152, que equivalen a 2.358 toneladas. Esto implica aumentos anuales de 69% y 78%, respectivamente, según el Dane.
Además, hoy el aguacate es el sexto producto agrícola de exportación después del café, el banano, las flores, el aceite de palma y el azúcar (aunque estos dos últimos tienen un componente industrial). La meta de los productores y de Corpoica es llegar al cuarto lugar.
“El aguacate Hass se posiciona como uno de los cultivos con mayor potencial de crecimiento a nivel nacional. La amplia disponibilidad de zonas aptas para el cultivo, con la demanda insatisfecha en los mercados internacionales; la tendencia mundial hacia un mayor consumo de este producto por sus propiedades organolépticas, vitaminas y minerales, son algunas de las ventajas que presenta la producción de esta fruta para Colombia”, sostienen en Asohofrucol.
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Felipe Jaramillo, presidente de ProColombia, opina lo mismo. Dice que el país cuenta con diferentes zonas de producción, altitudes y variedades que le permiten disponer de aguacate durante todo el año. “Estamos trabajando con el CBI de Holanda, Corpohass y Analdex para mejorar los procesos productivos y avanzar en el posicionamiento del aguacate colombiano como uno de los mejores del mundo”, reitera.
Foto: Felipe Jaramillo, presidente de ProColombia
Paralelamente, Colombia ya se está haciendo un nombre en los mercados internacionales del aguacate. No en vano, si se tienen en cuenta todas las variedades que se dan en el país, Colombia es el quinto productor mundial, de acuerdo con las estadísticas de la FAO. Los primeros cuatro lugares los ocupan, en su orden, México, República Dominicana, Perú e Indonesia.
Es más, el crecimiento de la producción local le sirvió al país para ser sede el Congreso Mundial de Aguacate que se realizará en 2019 en Medellín.
El portal europeo Fresh Plaza, que se especializa en temas de alimentos perecederos, destaca que la producción colombiana está siendo impulsada incluso por el mismo gobierno como una alternativa de sustitución de cultivos ilícitos.
Las oportunidades
El consumo mundial de aguacate crece alrededor de 3% cada año; sin embargo, la producción no avanza al mismo ritmo, sino a un paso más lento, lo que implica una ventana de oportunidad para nuevos jugadores como Colombia, que no solo pueden ocupar espacios perdidos por otros productores (por problemas de sequía Chile redujo su área sembrada de 30.000 a 19.000 hectáreas), sino también desarrollar nuevos mercados.
El mayor consumidor mundial es Estados Unidos, al tiempo que crece la demanda en Europa y China, gracias a las cualidades del aguacate, considerado un superalimento por sus diversos atributos nutritivos y sensoriales, especialmente los relacionados con el alto contenido de aceite, así como la presencia de vitaminas A, B1, B2, B6, C, D, E, K, ácido fólico y biotina. También por su contenido de calcio, hierro, fósforo, cobre, magnesio, manganeso, sodio y potasio. Dichos elementos le confieren propiedades benéficas para la salud, principalmente en la prevención de enfermedades del sistema circulatorio.
“Antes se creía que la grasa del aguacate era mala para la piel, cuando la realidad es lo contrario”, puntualiza Aguilar, de Westsole, cuyos socios manejan 30% del mercado de aguacate de Europa.
En otras palabras, el aguacate, y en especial el Hass, está de moda porque les gusta a los consumidores tradicionales, a los que promueven la onda fit e incluso al creciente grupo de vegetarianos.
Además, si la fruta no se exporta fresca se puede industrializar y vender en pasta.
Uribe, de Cartama, considera que las grandes ventajas de Colombia para la producción de Hass van a ser un motor para atraer inversión extranjera, gracias a la calidad de los suelos nacionales y la disponibilidad de agua, lo que le da un mejor sabor que en otros países. A esto se suma la ubicación geográfica.
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Los exportadores nacionales están intentando explorar mercados en Asia desde Buenaventura y desde el puerto de Santa Marta sacan toda la producción para Europa.
Foto: Ricardo Uribe, gerente de Cartama. Cartama es el mayor exportador de aguacate Hass del país. Su principal comprador es una cadena inglesa de supermercados.
Al no ser un commodity, el precio internacional del aguacate no se fija en mercados especializados, sino por la disponibilidad del producto y por acuerdos con los compradores. Tradicionalmente, durante el verano del hemisferio Norte hay más oferta y por eso baja de precio, pero en general el valor externo es casi el doble de lo que cuesta en el país.
Ojo con la calidad
Los cultivadores y comercializadores, agremiados en Corpohass, creen que este año las exportaciones pueden llegar a US$50 millones y que en el futuro el aguacate incluso podría llegar a reemplazar a las flores.
En eso coincide Javier Díaz, presidente de Analdex, quien además comparte el optimismo con este cultivo, por las enormes posibilidades que tiene de convertirse en un nuevo producto insigne para el país. No obstante, advierte que para llegar a esa meta hay que ser muy cuidadosos con la calidad, pues ya se han presentado casos de productores que empezaron a aflojar en esa materia o a incumplir con los pedidos internacionales, dañando el nombre de Colombia.
Fuente: Procolombia con datos del Ministerio de Agricultura
“Hemos tenido casos de empresarios solo interesados en la oportunidad comercial y no en la calidad, terminan siendo víctimas de la improvisación y nos afectan a todos. Se debe tener disciplina de industria para avanzar”, enfatiza Aguilar, de Westsole.
El otro punto clave para el desarrollo de esta exportación está en poder vender a Estados Unidos, donde pese a que México tiene 80% del mercado, es posible encontrar un espacio a punta de buena calidad y servicio, algo que se puede copiar de la industria de las flores.
El país del Tío Sam es atractivo, pues pasó de consumir menos de 500 gramos per cápita de aguacate en 2000 a casi 3 kilos hoy. En México son 11 kilos per cápita, en Colombia entre 5 y 6 y en Europa un kilo, lo que evidencia las oportunidades que hay en los mercados desarrollados.
Es tan importante el mercado estadounidense para México que allí se creó la organización Avocados From Mexico, para promocionar el consumo, y es tan alta su presencia que, incluso, es uno de los anunciantes más populares del Super Bowl.
No obstante, a México le tomó 60 años obtener la admisibilidad al mercado estadounidense, pues ellos pone muchas trabas. No solo buscan protegerse de posibles plagas, sino también reducir la competencia a los cultivos de California, que ocupan unas 18.000 hectáreas.
Jaramillo, de ProColombia, señala que están adelantando un trabajo interinstitucional para lograr la entrada a Estados Unidos este año. “Ya estamos en la recta final del proceso de admisibilidad sanitaria”, subraya, y una vez se pueda entrar a ese mercado es posible llegar a muchos más.
A su vez, Díaz, de Analdex, advierte que este ha sido un trabajo de varios años, que se ha hecho de la mano de la Oficina Comercial del país en Washington y confía en que así como se logró con la uchuva (que por ser exótica se está enseñando a consumir entre chefs y mercados institucionales), también será posible hacerlo con el aguacate.
Foto: Javier Díaz, presidente de Analdex.
“Tenemos que visualizarnos como un país que puede producir frutas con volúmenes importantes, siempre que se cumplan los protocolos de mercado. Hay espacio para que todos exportemos, teniendo como prioridad la calidad”, insiste Aguilar.
En otras palabras, las condiciones están dadas para ser una potencia aguacatera y que los empresarios que quieren exportar y aprovechar estas condiciones consoliden su oferta. Después no digan “agua pasó por aquí y cate que no la vi”.
Gracias al señor Hass
Se cree que probablemente el origen del aguacate está en el estado mexicano de Puebla, hace 10.000 años. No obstante, hay evidencia fósil que sugiere que hubo especies similares hace millones de años, incluso hasta en el norte de California, cuando aún el clima de esa región era más propicio.
Y aunque siempre han existido diversas variedades, en 1935 se patentó en Estados Unidos una nueva llamada Hass, que fue descubierta por Rudolph Hass en su huerto en La Habra (California) y que hoy es la más cultivada a nivel mundial.Una de las mayores virtudes del Hass frente a otras variedades es su prolongada estación de cosecha, factor que unido a su calidad ha permitido aumentar el consumo mundial.
Pelea en el vecindario
La decisión de Costa Rica de cerrar sus puertas al aguacate Hass mexicano con el argumento de un eventual contagio en sus cultivos por un viroide conocido como Mancha de Sol, que destruye el fruto pero no afecta a los humanos, desató una guerra comercial entre los dos países.
Tras dos años de disputas, México presentó este mes una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra Costa Rica, diciendo que la decisión no se tomó con todos los elementos científicos necesarios y que además no hay riesgo de contagio de la enfermedad. A su queja se unieron también Guatemala, Estados Unidos y Sudáfrica. Los afectados, así como ligas de consumidores costarricenses, dicen que la prohibición no es más que proteccionismo, mientras que la OMC le dio a Costa Rica un plazo de 60 días para presentar sus argumentos.
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Más que el petróleo
El aguacate es uno de los productos de exportación que más dinero le deja a México, incluso más que los hidrocarburos en términos netos.
Un informe del diario El Financiero sostiene que, mientras el comercio exterior del petróleo y sus derivados le dejó al país un déficit de US$13.163 millones en 2016, el “oro verde” aportó un superávit de US$2.220 millones. El año pasado la exportación mexicana del fruto fue récord, tanto en ingresos como en volumen, al colocarse 1.022 millones de toneladas en 31 países, entre los cuales Estados Unidos concentró 77% del total.
En el estado de Michoacán, principal cultivador, los productores de aguacate no le temen a la renovación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan o Nafta) prometida por el presidente Trump, pues saben que las exportaciones no bajarán, dada la alta demanda estadounidense; sin embargo, sí están buscando otros mercados.